sábado, enero 11, 2014

De alien a ciudadana



  Hoy voy a cambiar mi estilo, nada de escribir cuentos o ciencia ficción, esto es la realidad, ¡mi reality show!

  Uno cuando sale de su país para adentrarse en otro, se hace a la idea de que no será todo fácil ni un camino de rosas, pero joder, al menos esperas que sea mejor que lo que dejas atrás. Sin embargo, cuando descubres que extranjero se dice alien, vamos, que soy un alien para ellos ¡ya vamos por mal camino!

  El primer paso para dejar de ser alien, es dejarte llevar y tomarte la pastilla roja ¿o era la azul? Yo me dije, me voy a adaptar muy bien, me pinté las uñas con los colores de su bandera, festejé sus fiestas y estudié su idioma. Aprender un nuevo idioma es todo un arte, para ésto podría dedicar otra entrada otro día, porque a veces por más que entiendes las palabras no consigues entender qué te quieren decir, y para saber qué te quieren decir necesitas adentrarte un poco más en sus costumbres del día a día, y efectivamente, según va pasando el tiempo, notas más y más la necesidad de tener un teléfono al lado y llamar a casa. Lo sé, ET, yo pensé lo mismo y me dije, ¡¡ajá!! al final tienen razón ¡soy un alien! pero bueno, como soy de una generación más moderna, no llamo a casa sino que me refugio en facebook y en el wassap. Oye, mejor invento no existe, nunca me ha gustado hablar por teléfono y sin embargo adoro escribir y estar al día de la vida de los que quiero (estar al día, no cotillear), así que me ofrece los dos en uno. Otro de los motivos que me llevaron a pensar que era un alien es cuando me di cuenta que no encajaba en algunas fiestas; directamente me sentí que venía de otro planeta y observaba a los extraños terrícolas con sus peculiares costumbres. No era muy diferente a observar un pequeño acuario particular, los peces nadan de un lado a otro y de un lado a otro, tienen diferentes colores y miras y miras su peculiar vida flotante; pero vamos, al cabo de un rato de observar ¡te aburres irremediablemente! yo pensé "será el idioma" pero no, ¡es que los peces son aburridos de narices!

  No obstante, aún no he perdido la ilusión de dejar de ser un alien para convertirme en ciudadana, por eso, decidí continuar con el segundo paso que no es otro que el legal. Y aquí sí se complican las cosas. Te obligan a tomarte la pastilla, y mira que es un país libre, o eso creía... pues bueno, no son pastillas pero te tienes que meter unos cuantos chutes de vacunas. Eso sí, es por tu bien, dicen, para no enfermar. Y me pregunto yo ¡¿que ha sido de mi todos estos años?! yo por ahí caminando ¡sin ser consciente de que era vulnerable a miles de enfermedades que ni sabían que existían! y claro, más tarde descubres que aquí te tienes que pagar absolutamente todo, hasta la cama del hospital, como si fuese un hotel de lujo al que asistes por gusto. Lo que me hace plantearme de que en realidad no lo harán para que no enfermes, puesto que les reporta una gran suma de dinero, sino para perpetuar su negocio de chocolatinas, digo perdón, de las vacunas. Pero es que aquí te las anuncian como si fuesen chocolatinas e incluso hay veces que te las dan gratis, digo yo, será para ir enganchando al personal ¡Entra en nuestro establecimiento y te metemos un chute gratis, oferta especial, sólo hoy! y claro ¿quién se puede resistir a eso?

  El tercer paso es sencillo, corto pero muy muy doloroso: ¡es soltar la pasta! una lista interminable de papeleos, pruebas y testigos para demostrar que eres una buena persona y con buenas intenciones. Eso es lo que dicen, pero una vez más es un negocio, quieren tu dinero, simple y llanamente. Así que agachas la cabeza, cuentas la pasta y después miras al cielo para ver si en un milagro un mapa del tesoro cae flotando hasta llegar a tus manos... y no, no ocurre.

  El cuarto paso es el tiempo, la espera, que como dice el refranero español "la espera desespera" pues así estoy yo y ¡aún no he empezado con el segundo paso!

  El quinto y último paso es el más agradable, el momento por el que has estado esperando días y días, meses e incluso años: recoger el número que te define como ciudadano. Y entonces me surge una nueva duda ¿eso no es alienación del individuo? Con lo cual, rebobinamos y nos vamos al primer paso ¿me tomo la pastilla roja o la azul?





2 comentarios:

  1. ¿Lo de la pastilla no sucedía en Matrix? Ten cuidado y no vayan a motorizarte y controlarte que ya sabes que por allí lo vigilan todo, todo. ¿Un vasito de gazpacho para depurar? :P

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  2. Era medio giño a Matrix, de ahí la foto. La idea de la peli me inspiró: abrir los ojos a la realidad o seguir viendo en la mentira... De ahí es tomase una pastilla u otra. Lo malo es que no sé qué es peor. :P

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